ojalá mis domingos no fueran de asados
y recuerdos de gente que no está
o nunca estuvo
ojalá mi mente no se fuera
a navegar por los riachos del pasado
con las velas bajas y sin viento
ojalá mi nostalgia no fuera un remolino
de hojas sin fin que me sepulta
en un día húmedo de otoño
ojalá no pensara para qué todo esto
qué sentido tiene
qué solos estamos los vivos
qué larga es la muerte
y qué corto el amor
ojalá no sintiera que los hilos son finos
tan finos
que siempre se cortan
librándonos a nuestra propia suerte
ojalá mi jaula fuera invisible
o yo ciega
o mejor aún—
ojalá no tuviera cabeza
ni tripas, ni corazón