de tus ácaros
me llevo su conciencia
me echaste veneno en los ojos
y ahora me arden,
cascabeles en llamas
saliva seca en la llaga viva
no te deseo la muerte
sino que mueras
por los senderos sombríos
de los brazos secos
que no encuentres esos caramelos
que te retengan las solapas del amor
y las piedras te sinceren la pasión
estúpido,
¿qué pensabas,
dónde estabas?
no eras
te regalo la gangrena estoica de mis nostalgias
el vino agrio de mis pensamientos
la ofrenda absurda de mi pecho vacío
la estupidez
es un máscara blanca
de volcanes apagados y sílabas remendadas
—ya me tiembla el ombligo—
nos vemos en otra vida, estúpido
faaaa le escribiste al estúpido un poemazo!
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Todos somos estúpidos alguna vez
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Búsquese otro. Hay de sobra.
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